¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?

¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?  Mateo 9:11

“Hubieras visto cuánto de más le cobré.  El cuádruple, fíjate, ¡el cuádruple!”. “No, fíjate que en este año me va muy bien, porque he encontrado la manera de aprovecharme de la gente sin que se dé cuenta”.  Tal vez así habrá sido la conversación entre los publicanos sentados en la mesa, que eran conocidos por estafar a la gente cuando les cobraban los impuestos.  En otra área de la mesa tal vez se escuchaba a las personas hablar, incluso presumir, de sus pecados.  Imagínese las groserías, los chismes, los chistes de doble sentido, y las conversaciones que se entablaban sin vergüenza alguna acerca de cosas pecaminosas.  No sabemos de qué se trataba la conversación aquel día, pero uno se la puede imaginar porque aquella mesa estaba repleta de publicanos y pecadores. Los publicanos tenían mala fama por su manera de extorsionar al público.  Los pecadores – bueno, el pasaje no describe ni cuáles ni cuántos eran sus pecados, sino sencillamente dice que eran pecadores. Entre todas estas personas había un solo hombre justo, santo y sin pecado: el Señor Jesucristo.

¿Por qué se encontraba allí?  Eso es lo que querían saber los hombres religiosos que estaban fuera de la casa.  Al ver qué clase de personas estaban comiendo con el Señor Jesucristo, indignados preguntaron a sus discípulos: “¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?”  Jesucristo toma la palabra y da la respuesta: “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”. El Señor Jesucristo comía con los pecadores por su necesidad.  Los veía como enfermos por el pecado y Él había venido a salvar a los pecadores.  No vino a condenar sino a salvar, porque dice: “Misericordia quiero”.  Así que, cuando el Señor Jesucristo veía a un pecador, su deseo era tenerle misericordia, llamarlo al arrepentimiento y salvarlo de su pecado, como un médico le tiene compasión al enfermo.

Lo triste es que los fariseos no vieron su necesidad.  Fíjese que Jesucristo mencionó la necesidad, sin embargo ellos no la vieron.  En cambio, algunos de los publicanos y pecadores vieron su necesidad de misericordia, de perdón y de salvación y, acudiendo a Jesucristo arrepentidos de sus pecados, encontraron salvación.  ¿Y usted, mi estimado lector? ¿Ha visto su necesidad de misericordia?  ¿Ha escuchado el llamado de Jesucristo al arrepentimiento?  ¿Ha acudido a Él para recibir el perdón?   “Este (Jesucristo) a los pecadores recibe, y con ellos come”, Lucas 15:2.