El Camino Equivocado

En noviembre del 2006 la familia Kim estaba de regreso de sus vacaciones, viajando por el estado de Oregón en el noroeste de los Estados Unidos e intentando alcanzar la costa cuando perdieron su salida de la carretera.  Al darse cuenta, consultaron el mapa y escogieron una ruta alternativa aunque era posible que les resultara más retirada y menos transitada.

Siguieron este camino que cada vez más los alejaba del deseado.  La nieve que caía les dificultaba el viaje y posiblemente hiciera que les fuera imposible ver las señales que les advertían que: “Es posible que el camino esté cerrado por la nieve”. De hecho, pasaron las tres señales que así decían, pero persistieron en su intento por alcanzar su destino.

Por fin llegaron a un lugar donde se juntaban dos carreteras.  Se vieron obligados a tomar una decisión entre los dos caminos.  Por un lado, uno se veía más ancho, más transitado y conducía hacia abajo; en cambio el otro era más angosto, iba hacía arriba y al parecer menos usado.  Ellos eligieron el camino más ancho y lo siguieron.

Tal como los Kim, usted, querido lector, y yo somos viajeros, por decirlo así. Me refiero al hecho de que estamos viajando hacia la eternidad y cada día nos acercamos más a la muerte y a nuestro destino final.  Increíblemente, las palabras del Señor Jesucristo mismo cuando describió los dos caminos por los cuales viajamos y los dos destinos, a uno de los cuales llegaremos un día, se semejan al lugar donde llegaron los Kim, pero Él estaba hablando de lo espiritual.  Dijo en Mateo 7:13,14: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” Fíjese que sólo hay dos caminos, y por lo tanto usted y yo andamos en uno de los dos. ¿En cuál anda usted?  Fíjese que Cristo dijo que el camino espacioso lleva a la perdición; en cambio el camino angosto conduce a la vida.  Quiere decir que si usted se encuentra todavía en el camino espacioso se está encaminando a la condenación porque carga sus pecados, y si pasa por la columna de la muerte con ellos será eternamente tarde, y se verá obligado a padecer eternamente por sus pecados. Ahora, otra vez le pregunto ¿En cuál camino está usted?  Debe contestar la pregunta honestamente.  No haga como los muchos que retrazan el camino con los ojos y cuando los ojos descansan sobre el destino dicen que están en el camino angosto, sólo porque les es impensable pronunciar las palabras “estoy en el camino espacioso”.  Fíjese en la gráfica y escuche a Cristo diciéndole: “Entra por la puerta estrecha”.

Con el camino ya cubierto de nieve les era difícil proceder y por fin se les atascó el carro.  Allí se quedaron 9 días en medio de la nada, expuestos a los elementos, sin ayuda y con sus recursos de sobrevivencia escaseando cada vez más.  Hicieron lo posible para mantenerse con vida e incluso quemaron las llantas para calentarse, pero por fin el señor Kim decidió que no tenía otro remedio más que buscar la ayuda que no les había llegado. Se fue a pie por el retirado y nevado bosque, sin estar vestido adecuadamente para aguantar el penetrante frío, pero con esperanzas de salvarse a sí mismo y a su familia.  Luego de enterarse de lo sucedido muchas personas elogiarían sus esfuerzos como sobrehumanos pero lamentablemente no fueron suficientes y al fin y al cabo sucumbió a la hipotermia. El 13 de diciembre se encontró su cuerpo aproximadamente a 1.6 kilómetros de su carro aunque había caminado más de 16.

A lo mejor los Kim pensaban que estaban en el camino correcto porque les parecía así.  A la hora de considerar la gráfica, no se engañe pensando que usted está en el camino angosto porque es religioso o una persona intachable o moralmente recta.  Muchos piensan que el camino espacioso es la religión o el bautismo o que sus buenas obras los llevarán al cielo, pero Proverbios 16:25 dice que: “Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte”.  Aunque estas cosas nos parezcan correctas, a la verdad la Biblia nos enseña que hay un solo camino: es El Señor Jesucristo.  Él dijo en el evangelio de Juan 14:6: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”  Fíjese que dice “el camino” dándonos así a entender que Él es el único camino.  Fíjese que es imposible llegar al Padre (Dios) sin Él.  Vuelvo a preguntarle: ¿en cuál camino se encuentra usted?  Si usted nunca ha confiado en Cristo como su único Salvador todavía está en el camino que lo lleva a la perdición.

De la muerte trágica del señor Kim surgen muchas preguntas. Una que se destaca es la de dos hombres que retrazaron el camino de los Kim.  Al llegar al punto donde fue hallado el carro se preguntaron: ¿Por qué siguieron un camino tan retirado cuando era tan evidente que no sabían adónde iba?

Para terminar le pregunto a usted: ¿Por qué sigue en el camino espacioso cuando ya sabe adónde va y lo que le espera?  ¿No sería más sabio dirigirse a la puerta, a Cristo, entrar y así ser salvo?  El profeta Jeremías dijo: “Así ha dicho Jehová: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte”. (Jeremías 21:8)  Amigo, ¡escoja la vida!  ¡Escoja a Cristo!

 

En el viaje de la vida

toma mucha precaución.

¿Vas seguro, de subida,

a la celestial mansión?

O, ¿tu senda es de bajada,

rumbo a la perdición?

Corres hoy como si nada;

vas veloz, sin distracción.

Por Jasón Wahls